En estos momentos ya debes haber aterrizado en Estocolmo. El frío viento escandinavo te habrá dado la bienvenida apenas bajar del avión. Inicias una aventura vital que muchos desearíamos vivir en primera persona pero que muy pocos nos atrevemos. Me acuerdo que no pudiste viajar a Suecia cuando fuimos de intercambio allá por el 96, y ahora la vida te da una segunda oportunidad. ¡Qué curioso!
En la despedida de ayer sonaron muchas palabras bienintencionadas como amistad, confianza en uno mismo, ilusión... Creo que a menudo se mencionan con ligereza, pero anoche sé que fue de verdad. Me sabe mal que te vayas porque ya no podremos quedar de vez en cuando pero, por otro lado me alegro. En Mataró ya sabes lo que hay. Es momento pues, de abrir puertas, de conocer gente, de probar comidas...
Te quedan por delante unos (seis) meses de todo eso. Aprovéchalos al 100% y la próxima vez que nos veamos, me lo explicas. ¡Un enorme abrazo!
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