Pasé el puente del primero de mayo en el sur de Francia, una región que, según se mire también queda al norte, en este caso de Catalunya. Este particular punto de vista concierta con la idea del pintor Torres García que ha recogido Jorge Carrión en su último libro, "La brújula". No existe norte ni sur, ni este ni oeste. Simplemente se trata de una convención. ¿Quien decidió poner Europa encima de África? El norte lo ponemos nosotros mismos.
No existe norte ni sur, ni este ni oeste. Simplemente se trata de
una convención.
A parte de esta noción, francamente enriquecedora, el sur de Francia se abrió ante nosotros como una tierra luminosa y próspera, de anchas carreteras jalonadas por bodegas vinícolas a lado y lado. ¿Alguien ha visto Entre copas? Pues eso... Absténganse los abstemios.
Por lo demás, Perpignan es coqueta y tranquila, Carcasonne un castillo de Playmobil a tamaño natural, y Séte una carretera interminable al lado de una playa. Pero quizá, y como sucede en la mayoría de casos, la ruta no fue lo más importante...
No hay comentarios:
Publicar un comentario