¿Os acordáis de TAB?

Hace ya algunos años, era habitual ver por los pasillos de los supermercados una bebida llamada TAB. Este producto de The Coca-Cola Company, supuso uno de los primeros refrescos, juntamente con Diet-Rite Cola, de cola dietéticos. Su orígen se remonta a 1963 y, a lo largo de su historia, ha sido objeto de varias reformulaciones químicas. Actualmente es un producto que tiene un gran grupo de seguidores en Estados Unidos (véase www.ilovetab.com) pese a que la compañía cuente con la popular gama Coca Cola Light. La última incorporación a la línea TAB ha sido Energy TAB en 2006, una suerte de bebida energética cuya campaña publicitaria va dirigida esencialmente a mujeres.
Pero lo que nos interesa especialmente este refresco es por su perfil decididamente retropop. TAB es un icono de los 80 que ha llegado incluso a aparecer en diferentes películas como Regreso al futuro o en series de éxito como Frasier o Futurama. Espero que entre todos ayudemos a que TAB no se borre nunca de nuestra memoria (pese al infame sabor que tenía, ja ja).

Lacuesta y La leyenda del tiempo

El pasado domingo tuve la oportunidad de ver el documental La leyenda del tiempo de Isaki Lacuesta. El director de la imprescindible Cravan vs. Cravan, estuvo presente en su presentación dentro del FUM (Festival d'Universos Musicals) de Arenys con un escueto discurso ante no más de diez personas.

El film hace funambulismo por encima de la difusa frontera que existe entre realidad y ficción, puesto que los personajes/actores se interpretan a sí mismos. De esta manera, Lacuesta incide en la búsqueda que inició con aquel poco convencional biopic del poeta-boxeador Arthur Cravan.

El díptico La leyenda del tiempo se inicia con la historia de Isra, un joven gitano de Cádiz que ha dejado de cantar por la muerte de su padre. A parte de esta circunstancia, el pequeño hallará el amor en la figura de Saray, una hermosa pre-adolescente algunos años más grande. Ambos protagonizan una de las escenas de amor más ingenuas y tiernas que recuerdo en los últimos tiempos: comparten sus primeras caladas en el marco de un viejo muelle de la marisma. Memorable por su sensibilidad.

Misaki, una joven japonesa que viaja hasta la capital gaditana para aprender cante, es la protagonista del segundo capítulo. Durante su estancia conoce a Jijo, un cocinero japonés que actúa como hilo conductor del film al aparecer también en el primer fragmento. La joven intenta seguir los pasos del mítico Camarón aprendiendo las técnicas del hermano de éste.

La propuesta de Lacuesta, sin duda poco convencional, se cimienta en la sutilidad de sus metáforas visuales (Isra como un pequeño pájaro moribundo, la sal y la nieve no son tan diferentes, o los dos barcos que flotan como el gitanillo y la japonesa...) y, sobretodo, en la frescura e imprevisibilidad de sus diálogos. De hecho el propio director admitió en la presentación que había sido un film hecho sin guión previo.

Concluyendo, una muy recomendable cinta que ilustra la evolución de Lacuesta. En esta ocasión, menos es más.

Hacer el boca a boca a dos libros

Ayer por la noche, mientras caminaba por las calles de Cerdanyola, contemplé una imagen terrible que todavía me cuesta creer. Al lado de un contenedor de basura hallé unos cuantos libros infantiles tirados en el suelo, sucios, rotos, ignorados. Mientras una vecina dipositaba su bolsa diaria, me agaché para comprobar sus títulos. A parte de algunos libros de texto y otros de recorta y colorea, me fijé en dos en particular: Manolito Gafotas, de Elvira Lindo, y Campos de Fresas, de Jordi Sierra i Fabra.

Al abrir la cubierta de este último, reparé en un detalle interesante. Aquel libro había pertenecido a una tal Tida Gassama, de 2ºD. Se trataba pues de una lectura para los alumnos de segundo de ESO -supongo- de alguno de los institutos locales. En aquel momento pensé que me gustaría hablar con Tida, cogerla de los hombros y decirle: "¿Pero qué haces?¿Te has vuelto loca?".

En aquel momento pensé que me gustaría hablar con Tida, cogerla de los hombros y decirle: "¿Pero qué haces?¿Te has vuelto loca?".

Posiblemente nunca tendrá la oportunidad de amar aquellos libros como objetos, tal y como yo en ocasiones lo hago.

Bien es cierto que siempre argumento que fue el instituto el que aniquió mi hambre lectora. Todavía recuerdo aquellas lecturas impuestas de El Cid, o El Arcipreste de Hita, por no hablar de La Celestina. Traté de evitar a toda costa El Quijote y La Regenta, lo admito, pero también es cierto que me fascinó el espíritu realista de Miau. Pero en fin, nunca me había disgustado las lecturas juveniles. Finalmente acabé cayendo en otros tipos de textos, los fílmicos, supongo que ayudado por algunas directrices marcadas por aquellos profesores de lengua y literatura.

Tras este hallazgo quizá me encuentre a las puertas de una segunda oportunidad. ¿Encontré aquellos libros por casualidad? Sea como sea, los pienso leer. Me atrae la idea de darles una nueva vida, aunque sea sólo por unos días, hacerles el boca a boca y traerlos de vuelta del limbo. Quizá me vuelva a partir de ahora un lector empedernido. Aunque no lo creo.

Sobre Salvador

M'ha resultat difícil veure Salvador sense plorar. Finalment, se m'han escapat algunes llàgrimes d'emoció. El film sobre el militant anarquista Salvador Puig Antich desperta consciències més enllà del simple esbós d'una figura captivadora. Més que cinematogràfic, el film de Manuel Huerga és un exercici de salut democràtica que s'hauria de visionar a totes les escoles.

"Més que cinematogràfic, el film de Manuel Huerga és un exercici de salut
democràtica que s'hauria de visionar a totes les escoles."

La mirada de Salvador, les seves paraules i els seus actes, ens duen a recordar en què va haver-hi una època a Espanya en què els dissidents morien pel vergonyós i sinistre mètode del garrot vil. Aquest no només és una prova que el règim franquista era tercermundista i medieval en les seves decisions, sino que també dona fe de la noblesa i valentia de les autoritats nacionals.
D'altra banda, Salvador, ens anima a continuar lluitant, desperts per aconseguir els nostres somnis, siguins quins siguin. Ja va siguent hora que fem valer allò tan de moda de la "recuperació de la memòria històrica" i que revindiquem tots plegats figures combatives del nostre imaginari col·lectiu com ara la de Puig Antich. Segurament que si aquesta pel·lícula hagués estat una producció nordamericana sobre qualsevol dissident, hauria estat un èxit mundial.