22.7.06

Como Deckard en Blade Runner

Llueve. Salgo a la calle ataviado con un chuvasquero azul marino. Entre tanto oriental me siento como el agente Deckard en Blade Runner. Rotulos fluorescentes, grandes hoteles, puestos de comida callejeros... Sere un replicante y todo esto sera un suenyo? La lluvia no molesta, pero cala. Es insistente, parece que no este pero es permanente. Como los chinos. Trabajan a destajo de sol a sol. Mas de los que son necesarios. Con esmero y atencion.
Antes de nada, dos constataciones desde Xian:
-Cual es el ideal de belleza chino?
-La gastronomia no tiene nada que ver con la que probamos en casa
Estos dos items sirven de punto de partida para confirmar que China, y por exension su area de influencia dentro del sudeste asiatico, configura verdaderamente otro planeta. Un territorio con sus propias grafias, referentes culturales y gustos que nada tienen que ver con los de occidente. Para integrarse aqui uno tiene que empezar comprendiendo su escritura. Modernisima para datar del siglo II antes de cristo. Se basa en caracteres, o iconos como diriamos hoy. Quien sabe si el futuro de la comunicacion no se halla ahi precisamente...

17.7.06

Beijing blues

Beijing se levanta como un gigante dormido. Con los ojos perezosos, todavia entelados por las brumas de Morfeo... El calor hace que la ropa y la persona sean uno. El gigante tiene como piernas sus enormes carreteras, avenidas y autopistas que la articulan. Las obras hidrologicas le sirven de manos para agarrarse a la vida. De noche el gigante se guarnece con todo tipo de luces, tal i como fuera un travestido preparado para embaucar algun turista despistado. El gigante no duerme, transitan por el millones de globulos rojos hacia arriba y hacia abajo. Fluyen como su sangre en coches americanos y japoneses. La ciudad se apaga. El gigante se va a dormir.

12.7.06

Diario Rojo. Preparativos

Mañana parto hacia China junto a R,C,J y M. El día de hoy ha sido bastante tonto, de hecho me está sobrando bastante y prueba de ello es este texto. Siento una profunda pereza para hacer la mochila. No quiero tomar decisiones, qué meter, qué dejar... Me parece que estoy perdiendo el tiempo. Luego estarán las despedidas... no soy nada original al decir que no me gustan. Ni siquiera he podido echar una siesta. Increíble! Visualizo el aeropuerto, el avión, las horas que nos tenemos que pasar... y se me viene todo encima. Es como esa náusea que te viene antes de bajar por una montaña rusa... molesta. Engañaría si dijera que no me apetece ir, pero no puedo mentir al afirmar que quiero que pase rápido. Me espera algo que hemos dejado empezado.