31.3.06

Oda a la tortilla de patatas


No es solo su sabor. Tan siquiera su aroma. Las propiedades de la popular tortilla de patatas superan lo meramente culinario para traspasar la frontera hasta nuestro imaginario colectivo. ¿En qué pensamos cuando estamos degustando una tortilla de patatas?¿Qué es lo que hay instalado en nuestro subconsciente?

Primero, está su sonoridad. "Tortilla de patatas" suena a verso deliciosamente pensado y sabrosamente escrito. Suena redondo, pleno, a explosión de sabor, a plato con solera. Pero comprobemos qué pasa en francés. "Omelette", nos remite a una delicada vianda solo apta para los mejores paladares. Por su parte, los italianos la llaman "Fritatta", una nomenclatura de guerra que apela directamente a su cocción. Como podemos escuchar, la tortilla de patatas se puede vestir con diferentes prendas sonoras.

Pero, ¿qué me decís de su simbolismo? La forma de la tortilla, un disco redondo dorado, mantiene un evidente paralelismo con la forma del sol. Esa estrella, el astro rey, nos proporciona la vida, la luz, que es primordial en todos y cada uno de los actos que se producen en nuestra cultura, la cultura Mediterránea. La tortilla de patatas es, sin lugar a dudas, un símbolo claro de nuestra manera de ser, una amalgama de culturas y encuentros, como sucede entre el huevo y la patata. La cocción, además, se produce gracias al aceite de oliva, el combustible natural que nos hace funcionar.

Con cebolla o sin, con levadura o sin, con sal o sin... la tortilla de patatas es más que un mero plato. Es una manera de vivir, de entender la vida. Dime si te gusta la tortilla de patatas y te entenderé. ¡Larga vida pues a la tortilla de patatas!

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